jueves, 2 de noviembre de 2017

La plaza de San Sebastián se independiza


El independentismo no es sólo una cuestión política que campe allá por el noreste. También es un concepto vital, telúrico e incluso urbanístico. Véase si no el caso de la plaza de San Sebastián, en Antequera. Su independencia está a punto de ser consumada, pues va a ser segregada de un espacio común, barroco y renacentista. A pesar de que no toda la plaza comparte esa segregación: la mitad va a permanecer más o menos barroca, frente a la otra mitad que, según parece, va a entrar de lleno en la modernidad urbanística. Está claro que una mitad de la plaza prefiere romper con el inmovilismo secular, y la otra no se siente a gusto con tan vertiginoso salto adelante. Lo que provoca una animada polémica entre los barroquistas/renacentistas y los modernistas/preciosistas. Tal vez la solución sea dejar pasar 155 años (155 es una cifra arreglalotodo) y comprobar entonces qué perspectiva de la plaza ha perdurado. Y nosotros que lo veamos.