martes, 23 de diciembre de 2014

Luces de Navidad en el balcón


Un buen día L. llegó a su casa, un coqueto primer piso de una ciudad cualquiera. Se puso la comida por delante, almorzó, recogió la mesa y se echó en el sofá. Disfrutó una siesta en duermevela, levemente amenazada por los leones de los documentales de La 2. Se levantó un poco desorientada, buscó la luz vespertina y se acercó al balcón. Vió a un señor al otro lado de la barandilla, mordiendo un cigarro humeante mientras desbrozaba alambre para asegurar aquellas hermosas luces de Navidad, que cruzaban la calle de balcón a balcón.

martes, 9 de diciembre de 2014

Literatura, cine y paisajes desolados


Estuve seis meses esperando que me enviaran la reedición de Mi vida querida (Editorial Lumen), de Alice Munro, la escritora canadiense que ganó el Premio Nobel de Literatura en 2013. Tenía especial interés en leerlo, porque Munro está especializada en relatos, de los que ha publicado doce colecciones, aunque también tiene dos novelas. Yo no es que esté especializado, es que no doy más de mí que unos cuantos folios en cada historia.

viernes, 17 de octubre de 2014

De Galicia a las marismas del Guadalquivir


Ha pasado más de mes y medio desde la entrada anterior de este blog, tiempo en el que me he ido meciendo entre la inercia del fin del verano y la del incipiente otoño. Entre la de tener un par de semanas de vacaciones y la de volver a trabajar. Es difícil dejar atrás la rutina y mucho más retomarla. Hace dieciséis días estaba con L. en un cine de Santiago de Compostela. Eran las cuatro de la tarde.

martes, 26 de agosto de 2014

La biblioteca paga


Las bibliotecas van a pagar por derechos de autor. Serán 0,004 euros por libro prestado y 0,05 euros por lector. Pronuncié en voz alta el titular para que L. lo escuchara. Se lo repetí porque ella estaba en otras cosas, buceando en una web turística sobre Barcelona y musitando las bondades de la Sagrada Familia. Ni siquiera me miró, pero tras unos segundos rescató su mente del Parque Güell y fríamente disparó: “Por algo así incendiaron la biblioteca de Alejandría”.

miércoles, 16 de julio de 2014

Un arranque brutal

El primer libro que leí de Ricardo Menéndez Salmón fue El derrumbe y después vino El corrector. Entusiasmo es la palabra que me causaron ambas obras. Un estilo propio, temas universales, una voz literariamente joven. Hace unos meses, tras varios años de preparación, ha publicado Niños en el tiempo. Tras su lectura, casi inconscientemente, he dejado reposar la impresión que me causó. Es una novela muy buena, pienso. Pero al mismo tiempo, ¿es tan buena como las anteriores, no tiene unos imprevistos puntos débiles?

martes, 24 de junio de 2014

Cien relatos y un día

Ganadores, finalistas, familia de María Carreira y miembros de Alas de Papel. Foto: Rafael Lara
Cien relatos son los que han concursado en esta segunda edición del Certamen Literario María Carreira, organizado por la Asociación Cultural Alas de Papel. Un número redondo, casi mágico. Y un día, el sábado 21 de junio, en el que se han entregado los premios. Estamos muy satisfechos de la alta participación en el concurso, y también de la calidad de los relatos. Unos pocos han sido seleccionados y otros muchos no; es inevitable. Nos hubiera gustado que todos tuvieran un reconocimiento especial. Porque todos comparten un elemento imprescindible para ello: el amor a la literatura. Gracias a todos los participantes por poner su alma en cada relato. Diez de ellos, los finalistas, verán publicado su relato en un libro por la editorial Ex Libric. Ver publicada su obra es la mayor recompensa para un escritor.

martes, 17 de junio de 2014

La hecatombe


Todavía ganaba España el partido cuando sonó el timbre de la puerta. Era L., con la despreocupación de quienes no entienden que, en este país, las banderas sólo se sacan cuando hay fútbol. Se sentó ante el televisor, pero al otro extremo de la salita, y se puso a coser. Sólo había dado unas puntadas cuando empató Holanda.

jueves, 12 de junio de 2014

El articulista inseguro


No hay nada peor que un articulista inseguro. Ahí estaba yo, todavía el viernes por la tarde, dándole vueltas a algún tema que me sacara de pobre (periodístico). Salimos con la fresca, y para fresca una cerveza. “¿De qué escribo el artículo?”, le pregunté a L. La política siempre está a mano, pero ponerse trascendente en el pitopitogorgorito entre Monarquía y República es un soberano (con perdón) aburrimiento. Y como decían en la tele, ¿preferiría usted una República con Aznar como presidente?

miércoles, 7 de mayo de 2014

Épica en la inclemente llanura extremeña


Produce pasmo que Intemperie (Seix Barral, 2013) sea la primera novela de su autor, Jesús Carrasco. Sorpresa y envidia, para qué lo voy a negar. Entre el enorme placer que supone su lectura se remueve, inquieta, la pregunta de cómo lo ha conseguido. Porque Intemperie es una historia preciosa y precisa, que empieza en la primera letra y acaba en la última. No, no es de perogrullo: nada le falta y nada le sobra.

lunes, 21 de abril de 2014

De Budapest a Leitza


Me cuesta mucho trabajo amortizar mi tarjeta de a cinco euros la entrada de cine. No porque no esté bien de precio, que lo está, si no porque no acaban de traer películas interesantes. Ni siquiera la usé en la Fiesta del Cine, salía más barata la entrada normal… Y fui a ver Gran Hotel Budapest (Wes Anderson, 2014), un lujo de película.

viernes, 11 de abril de 2014

Santa semana

Eduardo Velasco, en "El profeta loco". Foto de Carlos Rosillo, El País
Pues es Viernes de Dolores, en la calle hace una ventolera de lo más primaveral y yo con estos pelos y sin comprarme el capirucho. Ahora los hacen de rejilla, que es más cómodo, pesa menos y facilita la transpiración. El diseño técnico aplicado al mundo del hermanaco. Si hasta los varales de los pasos los fabrican ya telescópicos, para que puedan plegarse y llevarse sobre el hombro (un solo hombro, se entiende).

sábado, 29 de marzo de 2014

Un adiós muy negro


 El largo adiós (Raymond Chandler, 1953) hace honor a su nombre y se prolonga durante más de 500 páginas. Pero que no cunda el pánico: esta novela negra, la penúltima del autor con el detective Philip Marlowe como protagonista, está considerada una de las mejores del género. Y como tal entra por los ojos antes que por el estómago, y su lectura se convierte en un soplo de aire fresco, en una antología de diálogos ingeniosos y convincentes, en un jugoso juego en el que nunca hay ganadores.

martes, 18 de marzo de 2014

Dos años rodeados por el hielo


Veintisiete hombres durante veinte meses rodeados por el hielo, junto a un barco, 69 perros de trineo y un gato. La odisea del Endurance, capitaneada por Ernst Shackleton, fue la última gran expedición a la Antártida. Y supuso un enorme desastre que, conforme pasaban los meses, se convirtió en una de las mayores hazañas jamás conocidas. Actualmente esta impresionante aventura es un modelo de liderazgo y un ejemplo de hasta dónde puede llegar el afán de supervivencia.

miércoles, 5 de marzo de 2014

La poda del jazmín


El invierno no acababa de decidirse. El cielo estaba encapotado de nuevo pero aún no llovía. Cogí las grandes tijeras de podar, las que uso una vez al año, o tal vez dos. Bajé las escaleras de mano desde la azotea y, en el mismo viaje, entré en el cuarto de baño y cogí el transistor. No es que me interesara mucho el debate pero el ruido seguro que “daba compaña”, como decía mi abuela.

jueves, 20 de febrero de 2014

Una historia que contar

Todo el mundo tiene una historia que contar. Y además es gratis. Pero es que encima puedes ganar algo de dinero. Sólo hay que coger un papel, un bolígrafo y ponerse a escribir. Tan sencillo como eso. Después se envía por correo. De esta manera, sin tener que construir un estadio o poner en pie un montaje teatral, cada uno de nosotros puede “fabricar” cultura. Y de paso participar en alguno de los concursos de relatos que surgen como setas en los cuatro puntos cardinales. Aunque hay algunos más especiales que otros. Como por ejemplo el II Certamen Literario María Carreira.

martes, 4 de febrero de 2014

Cientos de miles de héroes

Vasili Grossman
Una de las mayores ilusiones de nuestra sociedad es (o era antes de la crisis) el nuevo modelo de teléfono móvil que nos vamos a comprar. Ése es (o era) el emblema de la vida en Occidente, al que intentan unirse a marchas forzadas Rusia y China. Sin embargo, hubo una época, muy muy cercana a escala histórica, en que los héroes poblaban las calles del Viejo Continente simplemente con la más básica de las supervivencias. Cientos de millones de héroes dispuestos a mantenerse vivos y unos pocos, si pocos pueden ser centenas de miles, cuyos ideales les llevaban a emprender los más bellos sueños o a cometer las mayores atrocidades, sin que una opción excluyera automáticamente la otra. Vida y destino (Vasili Grossman, Galaxia Gutember-Círculo de Lectores, Barcelona, 2007) es la crónica de un tiempo y de un lugar en los que las mayores esperanzas iban de la mano de los mayores sufrimientos: Stalingrado, II Guerra Mundial.

martes, 21 de enero de 2014

Viaje a través de la codicia


Había visto aquel libro otras veces, fisgando en el dormitorio de L. al filo de la medianoche, en busca de alguna lectura apresurada que indujera eficazmente al sueño. Pero en cuanto lo abría amenazaban con desintegrarse las ocres y quebradizas hojas, arrancadas de algún árbol años atrás, que simulaban ser un marcapáginas. Así que cerraba el volumen, de respetable tamaño y llamativas ilustraciones, y dirigía la mirada hacia alguna obra menor.

martes, 7 de enero de 2014

Un rato agradable

La vida secreta de Walter Mitty
Una parte de mí se resistía a aquella película y, por otro lado, me intrigaba mucho cuál pudiera ser el resultado de ir a verla. En el cine y en la literatura hay que sufrir mucho para distinguir lo que puede hacerte disfrutar. Pero he llegado a una edad que no es como para perder el tiempo; así que ya no devoro libros indigestos ni soporto películas indudablemente dudosas.  Aunque a veces el riesgo tiene sus recompensas, y La vida secreta de Walter Mitty (Ben Stiller, 2013) te hace sonreír despreocupadamente durante casi un par de horas. ¿Se puede pedir más en los tiempos que corren?