viernes, 14 de diciembre de 2018

Chupitos de ironía en cada línea

La uruguaya es una novela escrita y/o leída a ritmo de paso legionario


La autoficción es una plaga, cuando no un engaño. Vamos a ver, ¿qué obra literaria no es una ficción construida con jirones de la experiencia vital del autor? El simple hecho de escribirla, ¿no es ya un fragmento de su vida profundamente inserto en la obra? Así se lo decía yo a L. una mañana de sábado, con un libro entre las manos, el aroma del café caliente masajeando mi nariz y la boca medio llena. Estábamos en una cafetería luminosa con grandes ventanales, a través de ellos veíamos pasar a los transeúntes. Llevábamos tres días fuera de casa, cortando amarras con cuidado para poder volver a usarlas a la vuelta del puente. La autoficción, sí, vaya fastidio. Y yo miraba el libro, que había comprado a raíz de que, a causa de su muy bien lograda autoficción, el autor y su esposa habían tenido que organizar una barbacoa con sus amigos para desmentir que se hubieran separado. Porque escribes una novela y tus conocidos creen que todo te pasó a ti de verdad. Ni en las autobiografías ocurre eso.

miércoles, 17 de octubre de 2018

La ironía mató a Isaak Bábel

El autor soviético arroja a la cara en “Caballería roja”, con admirable concisión, la facilidad con que aflora la brutalidad en el ser humano

 


Fue pocas semanas antes de que cerraran nuestra cafetería de los desayunos del fin de semana. Creíamos que iba a durar para siempre. Nos cogió por sorpresa porque la relación era reciente. Poco más de dos años. Pero un sábado como otros pocos, con el periódico bajo el brazo, en vez de con el café nos encontramos con la persiana metálica echada, y un cartel que rezaba: Se traspasa. Yo le susurré a L.: “No puede ser… Aquí nada dura nada…”. Me miró asombrada: “Nos gustaba su tranquilidad, ¿qué esperabas?”. Pero pocas semanas antes, digo, aún podíamos unir dos mesas y desplegar el periódico sobre ellas, mancharlo de aceite e interrumpir continuamente la lectura del otro declamando párrafos subjetivamente interesantes. Una vez L. derramó el zumo de naranja sobre la sección de Internacional y nunca estuvo el mundo mejor vitaminado.

martes, 28 de agosto de 2018

Patrimonio histórico en vía muerta

El cese de la línea Fuente de Piedra-Granada por la construcción del AVE abre la posibilidad de establecer un pasillo verde hasta la Peña



La línea de ferrocarril entre Fuente de Piedra y Granada, que conectaba Antequera con esta capital, quedó fuera de servicio hace tres años, a causa de la construcción del AVE -a día de hoy inconclusa-, tras 141 años de historia. Se trata de un ramal de 122 kilómetros que enlazaba originalmente con la línea Málaga-Córdoba en Bobadilla, y que fue concluido en 1874. Junto a la Peña de los Enamorados, cuyo perfil rodea por su vertiente oriental, llegó a existir un apeadero, no muy alejado de la antigua cantera.