martes, 21 de enero de 2014

Viaje a través de la codicia


Había visto aquel libro otras veces, fisgando en el dormitorio de L. al filo de la medianoche, en busca de alguna lectura apresurada que indujera eficazmente al sueño. Pero en cuanto lo abría amenazaban con desintegrarse las ocres y quebradizas hojas, arrancadas de algún árbol años atrás, que simulaban ser un marcapáginas. Así que cerraba el volumen, de respetable tamaño y llamativas ilustraciones, y dirigía la mirada hacia alguna obra menor.

martes, 7 de enero de 2014

Un rato agradable

La vida secreta de Walter Mitty
Una parte de mí se resistía a aquella película y, por otro lado, me intrigaba mucho cuál pudiera ser el resultado de ir a verla. En el cine y en la literatura hay que sufrir mucho para distinguir lo que puede hacerte disfrutar. Pero he llegado a una edad que no es como para perder el tiempo; así que ya no devoro libros indigestos ni soporto películas indudablemente dudosas.  Aunque a veces el riesgo tiene sus recompensas, y La vida secreta de Walter Mitty (Ben Stiller, 2013) te hace sonreír despreocupadamente durante casi un par de horas. ¿Se puede pedir más en los tiempos que corren?