jueves, 19 de diciembre de 2013

Una buena purga


En estos tiempos de literatura liviana Sofi Oksanen nos receta un tratamiento de choque: Purga (Salamandra, 2011). Nada de dieta blanda, olvidémonos del caldito y vayamos directamente a vaciar las entrañas. Procuremos despejar el día de obligaciones. En la Estonia independiente de 1992 nada es lo que parece, y medio siglo de férrea dictadura soviética ha dejado su poso en todas y cada una de las familias de esta pequeña república báltica.

La Unión Soviética se derrumbó y su lugar no lo ocupó nada. Sus estructuras de poder y control social, el miedo, las traiciones recompensadas… ¿Qué ocurre cuando se desmorona una forma de vida, y de opresión, cultivada durante generaciones? Y sobre todo, ¿qué ocurrió en el día a día de las personas que la sufrieron? ¿Qué pasó con quienes se aprovecharon de ella?

Purga nos enfrenta a los restos calcinados de un gigante que se precipita sobre un pequeño país. Y a las sacudidas que sufren personas “pequeñas”, especialmente las mujeres, ante la gigantesca maquinaria de la Historia. La Unión Soviética fue una larga y oscura pesadilla. Su caída trajo consigo otra clase de horror, escondido tras el deslumbrante reclamo de Occidente. Ambas realidades se cruzan en 1992. Curiosamente, no hay ninguna referencia a las Olimpiadas de Barcelona ni a la Expo de Sevilla…

La finlandesa Sofi Oksanen obtuvo con Purga el Premio Europeo a la Mejor Novela del Año, en 2010. Y de ahí para abajo, de sur a norte y de oeste a este, un buen puñado más de distinciones literarias. En suma, narrativa en mayúsculas y letra capitular. Pero me tomaré un respiro y dejaré reposar su última obra, Cuando las palomas cayeron del cielo, hasta que necesite vaciarme muy adentro.

Aliide señaló hacia el norte con la guadaña y empezó a hablar de los ladrones de tejas. Había que vigilar día y noche si no querías quedarte sin tejado. A los Moisio también les habían robado las escaleras, robaban las vías del tren, de modo que la madera era el único material de reparación disponible, ya que todo lo demás acababan por robarlo. ¡Y qué decir del incremento de precios! Según Kersti Lillemäki, tales precios eran una señal del fin del mundo.

                                                             Fragmento de Purga, de Sofi Oksanen

No hay comentarios:

Publicar un comentario