viernes, 7 de diciembre de 2012

Dicen que la ausencia de noticias es una buena noticia


Una amiga me comenta que ha dejado de ver los telediarios, que ya no escucha los informativos de radio y que prefiere no volver a abrir un periódico. “Sólo traen malas noticias”, se queja, “es insoportable, llevamos años con la misma canción”. Hasta donde alcanza un ciudadano bien informado, todo es paro, deuda, política de baratillo, violencia, males sin fin en el mundo... Acabo de repasar el periódico de hoy y, en efecto, no hay una sola información que produzca sensaciones positivas. Todo lo más, las páginas de deportes, que nos conducen a una tibia situación vegetativa.

Estamos en una época en que todo ha de ser reinventado, ¡a la fuerza ahorcan! Nuestra economía, nuestro Estado del Bienestar, nuestro sistema de representación política (no podemos seguir dando cheques en blanco porque los rellenan con auténticos disparates) y nuestro concepto de las instituciones, cada vez más alejadas de la realidad.

De esta necesidad de reformular la sociedad en que vivimos no se libran los medios de comunicación. No hablo de lo meramente tecnológico, del periodismo de papel o del digital, de la TDT o de los blogs que, dicen, convierten a los ciudadanos en periodistas. Hablo de los medios en que se valora más la enésima banalidad reiterativa de un político, premiada automáticamente con cuatro columnas y foto, que un argumento razonado de un ciudadano que sufre las carencias del sistema que sostiene con sus impuestos. Y que es automáticamente condenado al ostracismo en los medios porque no es “nadie”.

La primera buena noticia que debería llegarnos de los medios de comunicación es que han empezado a atender más a las personas normales, a sus necesidades y a sus cualidades, que a la mera representación del poder, en cualquiera de sus formas, tapándose los ojos ante sus “inevitables” deficiencias.

Mientras tanto sigamos aferrados a ese viejo dicho periodístico que consagra que “la ausencia de noticias es una buena noticia”. Si toda información es un sobresalto y un motivo para caer en la Gran Depresión, de ánimo mayor aún que económica, cada vez más personas huirán del periódico, la radio y la televisión.

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