martes, 11 de diciembre de 2012

La literatura española, los más vendidos y el mundo que nos rodea

Estoy leyendo El tiempo entre costuras. Sí, ahora que ya pasó la avalancha y María Dueñas tiene nuevo libro a la venta, Misión Olvido. No soy de los que opinan que, automáticamente, la calidad de un libro es inversamente proporcional a sus ventas, ni mucho menos. Pero me pasó lo mismo que con Millenium: me da mucha pereza acudir a lo que insisten la prensa, la radio, la televisión, los conocidos, los amigos, la familia y hasta los políticos... Así que acabo cogiendo las novedades cuando ya casi amarillean sus páginas. Es más reposado. Pero volviendo a El tiempo entre costuras, con dos tercios de la novela aún por leer, y por tanto con una opinión aún no demasiado formada, se me viene una pregunta a la cabeza... ¿Por qué la literatura española actual huye sistemáticamente del mundo que nos rodea?

Los autores españoles se columpian del intimismo a la novela histórica, con sus múltiples variantes: de la Guerra Civil a la Transición, del Siglo de Oro al Califato de Córdoba... Son escasísimas las incursiones en la sociedad en la que vivimos. Reflejar la vida actual, su diversidad, su apresuramiento, sus atractivos, sus injusticias y sus contradicciones no parece atraer a nuestros escritores. Construir personajes que bien pudieran moverse entre nosotros, cada día, cada vez que salimos a la calle, parece misión imposible. Contemplar la potencia creativa, extraída de su entorno, de autores norteamericanos como Philip Roth o Paul Auster, me da mucha envidia.

Echando un vistazo a los libros más vendidos en 2011 y 2012 encontramos varias novelas españolas: El ángel perdido, de Javier Sierra, entre conspiraciones e intrigas; El prisionero del cielo, de Ruiz Zafón, segunda parte del apañado refrito de los culebrones decimonónicos; Si tú me dices ven..., de Albert Espinosa, puro intimismo; El tango de la guardia vieja, de Pérez Reverte, una historia que recorre el siglo XX; y Las leyes de la frontera, de Javier Cercas, con los años 70 como referencia. Tan sólo La marca del meridiano (Premio Planeta de este año), de Lorenzo Silva, se desarrolla en la Cataluña actual, con los cánones del género policíaco.

Con El tiempo entre costuras, narración que arranca con la Guerra Civil, y Misión Olvido, situada en la segunda mitad del siglo XX, se completa este breve repaso. Ambas novelas son de María Dueñas. Dicen que su público es, en su gran mayoría, femenino. Pero ésa es otra historia.


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