De paseo por la calle Mayor

Betsy Blair y José Suárez, en "Calle Mayor"

En las ciudades provincianas no se es nadie si no se pasea por la calle Mayor. Hay que imaginarlo en blanco y negro, yendo y viniendo, saludando a izquierda y derecha. Hay que pararse con quien hay que pararse, y formular o soportar las preguntas que hurgan directamente en la vida privada. Con o sin circunloquio.

La calle Mayor es la encarnación, hecha piedra, de la España eterna. Añádase el machismo de baratillo, la burla hacia los más vulnerables y la crueldad de los fatalmente aburridos. Mézclese con un buen guión y póngase la guinda de una dirección cruda. Lo que se obtiene es Calle Mayor (1956), película dirigida por Juan Antonio Bardem y protagonizada por Betsy Blair y José Suárez. Un sorprendente clásico del cine español.

Cuando la película cumplió treinta años, en 1986, se proyectó en varios institutos de Enseñanza Secundaria. Los alumnos se negaban a creer que la España retratada, y la situación de la mujer en aquel entonces, hubieran existido realmente.

El propio rodaje fue un reflejo de la época. Bardem comenzó la película en Palencia, donde fue detenido por sus ideas izquierdistas. Liberado pocos días después, pensó que era mejor trasladar a todo el equipo a ambientes más saludables. Así se acabó en Logroño y Cuenca. La cinta fue finalmente sacada de España de contrabando, para enviarla al Festival de Venecia, donde fue premiada. Y entonces ya nada podía evitar que se exhibiera como un gran éxito en España, a pesar, por ejemplo, de mostrar sin disimulos que existía la prostitución.

Volviendo a ver la película hace unos días, con el ritmo in crescendo de un final angustioso, en el que L. sufría por los protagonistas, los actores secundarios y el equipo técnico al completo, le pregunté: “¿Cuándo crees que dejaron los antequeranos de pasear por la calle Estepa?” Y ella contestó: “Cuando hicieron la autovía”.